sábado, 7 de mayo de 2016

"La Amenaza Naranja"


Desde niño la selección holandesa era siempre una de mis favoritas. Sin embargo ahora quiero que pierda todos los partidos. Hace tiempo cambie mi póster de “Naranjito” en mi habitación por un almanaque de una pollería que le regalaron a mi madre. Guarde mi DVD de mi película favorita (La Naranja Mecánica) en un cajón, para siempre; ya no tomo ni “Fanta”, ni “Orange Crush”, muchísimo menos “Tang” y el “Pato a la naranja” salió del menú familiar… (bueno en sí nunca estuvo, ni lo he comido, pero es para darle un poco de énfasis a la cuestión)

Si, así es: le he tomado cierta repulsión al color naranja.

Y no es una cuestión de capricho ni mucho menos: los culpables de aquella fobia provocada son estos personajes que vinieron a invadir este planeta andino para hacer lo suyo a sus anchas. Una legión de piratas que, vestidos de fosforescentes uniformes naranja y comandados por una suerte de Darth Vader oriental, calman su sed de poder arrebatando todo a su paso y sacian su hambre alimentándose de nuestras libertades…
pues si, sin ánimos de exagerar, con ustedes señores: los fujimoristas.

¿Pero Fujimori no está preso?, dirán algunos.

Claro. Si lo está.

Pero nos heredó a este ser, convertida ahora en una especie de “Estrella de la Muerte” reconstruida (y muy esférica por cierto), que con una serie de argumentos inverosímiles y un discurso empapado en la irresponsabilidad, pretende ser la sucesora del Imperio que, ahora sabemos, sólo cumplía un estado de letargo, planificado para luego despertar, y así, este “lado oscuro de la fuerza”, poder continuar con la misión de conquista...

¿Por qué Keiko Fujimori lidera las encuestas presidenciales?

No pues, ni yo me lo explico del todo. Pero si podemos dar la hipótesis de que una buena parte de peruanos olvida las cosas fácilmente; que es muy manipulable, o que simplemente lleva sobre sus cabezas la bandera de la estupidez mas pura.

A este rollizo personaje, todos nosotros le pagamos la millonaria carrera universitaria. A ella y a sus hermanos… (Me pregunto, si al hermanito Kenji le habrá servido de algo aquellos estudios, ya que conozco a primates con un poder de expresión más legible) Cuentas que por supuesto nunca aclarará: es mejor –como siempre sucede– dejar pasar un tiempo, hasta que se olviden las cosas y ya está. Muy aparte de esto, Keiko no se intimida en afirmar que una de las primeras cosas que trataría en caso de llegar al gobierno, sería liberar al padre y a la mierda lo demás. En sí, si su ilustre padre permaneciese preso, da lo mismo: Keiko sólo sería un títere manejado por él, como un “muppet” (perdóname “Piggy”, contigo no es la cosa), es la que daría la cara, pecho, bofe, panceta y rachi a los demás, mientras que por detrás, la planificación correría por parte del progenitor, quién sólo se dignaría a jalar las tiras de la marioneta.

¿Podemos los peruanos regodearnos de ser tan absurdos?

Lamentablemente pienso que sí. Si podemos y mucho. Y con vergüenza lo admito... el camino a seguir será lo de las últimas elecciones: “votar por la segunda opción (que también nos parecerá una desgracia) tan solo por evitar que gane esta señora” Como se citó en alguna ocasión: “escoger entre Sida o un Cáncer terminal”.

Y es que esto es algo motivado por ese gran porcentaje de irracionales, a los cuales 4 gatos haciendo alboroto en una universidad les es sinónimo de terrorismo (y se nos metió absurdamente en la cabeza que el único con el poder de combatirlo, es “el chino”: que es él como un Chuck Norris o un Bruce Willis… como un “paladín de la justicia”); asimismo, esto sucede por el gran grupo de compatriotas sin criterio, sin dos dedos de frente, con coeficientes en huelga como para poder diferenciar lo que es un avance conjunto y duraderos a un bienestar tan pasajero como una sopa instantánea…

No quiero resumir lo que fue el gobierno en los 90s. Todos sabemos la historia de pies a cabeza…y sería redundante comentarlo, pero me pregunto: ¿Podemos equivocarnos tantas veces sin aprender la lección?

A ver, ¿Qué hace una madre para advertirle a su hijo que si vuelve a jugar con vidrios rotos, se puede cortar y hacer un daño? Le explica el peligro, le dice lo que le pasará, el daño que se hará, lo mucho que le dolerá, lo mucho que sangrará…

¿Y si el niño vuelve a hacerlo? Tranquilamente la madre puede decir:
-“Te lo dije, ¡ahora jodete!”
Y sin embargo la que se jode también es ella; quién tendrá que curarlo, que llevarlo a emergencias a suturarle la herida, la que tendrá que comprar medicinas y sobretodo, pasar la misma angustia ante las contantes quejas del primogénito…

Esto es exactamente lo mismo.

Cada quien es libre de hacer, escoger y actuar como mejor le parece.

Pero aquí no se joden sólo ellos. Nos jodemos todos...

Entonces, con el mayor de mis respetos, con toda mi decencia, y con la mejor de mis intenciones termino preguntándoles:

¿Es razonable pensar en Keiko Fujimori como candidata presidencial?

Noblemente les respondo: ¡NO ME JODAN!

(tan simple como eso)

No hay comentarios:

Publicar un comentario